Frutos de la espera, paciencia, vida y los milagros.
Sobre los ciclos invisibles que transforman lo cotidiano
¿Te gustan las plantas?
La respuesta siempre será un: “sí”
Pero hoy te quiero contar sobre un acontecimiento que no había tenido la oportunidad de disfrutar y fue cómo fue creciendo la palma de sagú que en realidad no es una palma, su nombre científico es cycas revoluta que en realidad es una cícada, una de las plantas más antiguas del mundo.
Esa especie ha sobrevivido desde tiempos prehistóricos, lo que explica su gran resistencia y capacidad de adaptación. Su característica más distintiva es la disposición simétrica de sus frondas, que crecen en un patrón radial desde el centro.
Pero después de toda esta información, que también es nueva para mi. Otra de las cosas que aprendí es que produce hojas nuevas una vez al año.
Por tantos años paso desapercibida para mí en qué momento ya estaba más grande.
¿Siempre fue de ese tamaño?
Habría crecido y… ¿No me di cuenta?
¿Probablemente la recordaba del mismo tamaño?
¿Siempre había sido así grande?
Preguntas a las cuales no les prestaba mucha atención pero hace una semana rondaban mi cabeza.
Aunque lo importante es darse cuenta que la vida siempre presenta oportunidades para quienes las están buscando. Vi el surgimiento de las nuevas hojas y cómo a los días iban ganando tamaño aunque siguieran cerradas, hasta que ocurrió. De pronto una mañana se abrieron y sonreían con el sol, así como yo viendo y admirándolas.
Por más que lo disfruté y espero no se malinterprete lo siguiente. Pensé en que tenía que haberlo documentado. Poder plasmar esa evolución, esa historia de transformación y nacimiento. En mi oración esa noche fue algo que mencioné pero regresé al sentimiento de agradecimiento por presenciarlo conscientemente en estos días.
Me hizo reflexionar sobre los procesos, que en ocasiones, pueden tomar un año entero en ver una hoja nacer. Con lo acostumbrados que estamos a una vida rápida, esperar un año para ver un resultado, sin tener nada en respuesta a lo largo del mismo, puede sonar retador.
Pero hay procesos que se construyen día a día para adentro, echando raíz, germinando, sentando las bases para lo que vendrá. Hoy te digo -y a mí también- que seamos como esa palma de sagú. Confiemos y creamos en que los procesos duraderos pueden llegar a tomar su tiempo, no especificado normalmente, pero que la construcción se hace diario.
Como te conté en la segunda verdad de la carta de la semana pasada.
Que puedes revisitar por acá. Tal vez en esta ocasión resuene algo diferente en ti.
Al pasar dos días de esta oración, mientras acompañaba al patio a mi perrita, descubrí algo maravilloso. Una respuesta a la oración, de una forma bastante peculiar pero que lo agradecí al instante.
Brotó otra hoja más.
Y tal vez podrás pensar que esto: ¿Cómo sería algo especial?
Bueno para mi fue la oportunidad de volver a disfrutar algo que no tendría que pasar un año entero esperando, porque sí, a partir de ahora estaré más atento a cuando brote sus nuevas hojas. Y lo pude capturar para ir viendo su evolución a lo largo de los días y para compartírtelo a ti, que estás aquí.
¡Acompáñame! y haz que también esta lectura acompañe a alguien que tu conozcas.
Este fue el primer día que lo vi. Me enamoré al momento y estaba emocionado sobre cómo sería su crecimiento. Tendría una nueva oportunidad, pero esta vez sería distinto, además de agradecerlo y disfrutarlo podía escribirlo, escribirle, y compartirlo.
Porque las cosas buenas necesitan hacer más ruido. Aunque sea solo el nacimiento de una hoja.
Aquí quisiera hacer la primer pausa y la sexta pregunta del día pero la segunda que puedes hacer tuya -la primera fue con la que empezaste a leer esto- aunque pueden ser más.
¿Hay algo que te gustaría ver crecer de cero? ¿Sientes curiosidad por el origen de algo?¿Algo que te gustaría que creciera en ti?
Hoy puedes plantar la semilla de lo que gustes. Regarla y visitarla seguido, o como yo, hablarle y acompañarla, para que el día que menos esperes, veas ese primer brote que sé que llegará si lo quieres. Por mi parte tengo algo en mente y más adelante espero compartirte los resultados.
Qué bonito e importante, seguir dando esos pequeños pasos en los procesos. Aunque parezca no haber resultado o diferencia entre: el paso anterior, justo el que diste o el que estas por dar. Sigue caminando, disfruta el proceso, da pasos pequeños pero pasos.
Paso cerca de una semana, entre no haber “nada” y empezar a abrir una hoja nueva. Pero sí, entre comillas, porque siempre estuvo dentro de la planta, ya tenía mucho tiempo formando parte de ella, solo aún no era su momento de salir, de abrir y mostrarse.
Así como es. Simplemente una hoja nueva y lista para el exterior. ¿Qué tantas cosas vivirá? Ya será lo que cada día le vaya presentando, pero tiene a las demás hojas que la presidieron para acompañarla, guiarla y eventualmente, el próximo año, ella poder acompañar a la siguiente generación de hojas que sí, ya están creciendo y formándose desde hoy, desde siempre.
Otra de las conclusiones a las que llegué,
respecto a los procesos y aquí quiero ponerte un ejemplo personal.
A finales del año pasado requerí una intervención quirúrgica, en la columna, que entre el miedo de entrar a un quirófano, de ser una zona “sensible” y que fuera la primera vez que me operaría algo.
Llegue a tener cierta “prisa” por recuperarme, hacía los ejercicios y poco a poco fui regresando. A pesar de que mi movilidad, flexibilidad y fuerza se vieron mermados de una forma muy fuerte.
Quería volver a mí, a mis antiguos entrenamientos, a seguir compitiendo conmigo mismo e irme retando.
Incluso pude realizar uno de los mejores viajes de mi vida, en donde conocí a personas maravillosas que agradezco, a la fecha, seguir en contacto porque son inspiración, motivación, una chingonería de mujeres y mucho más que podría escribir de ellas infinitamente. Mis ballenas preciosas.
Regresando de ese viaje fue cuando empecé a compartir por aquí y aunque parece corto el tiempo ha sido muy interesante y cada vez me gusta más.
Este año corrí una pequeña carrera de 6 km que para haber tenido tiempo operado se sintió como un logro deportivo enorme. Ya estaba nadando entre 2-3 kilómetros casi diario, e iba mejorando mi tiempo.
Pero todo cambió un poco después, regresaron ciertas molestias, parecidas a las que había experimentado antes de la primer cirugía y por lo cuál me hizo acercarme con un especialista.
No entendía que pasaba, si era normal o no, pero se hacían cada vez más frecuentes y volvieron los pensamientos de que esto ya lo había sentido y vivido. Lo más increíble es que no habían pasado ni seis meses de la primer operación.
Spoiler alert: fui de ese 3% de pacientes que reinciden en esa cirugía, lo cual no es muy común y menos tan rápido. Pero bueno, hay muchas cosas que aprender en este nuevo proceso.
Y justamente con esto quiero terminar, con que hay ocasiones que los procesos, por más lento que parezcan, tienen una función o una forma de ser.
Ya sean las hojas nuevas de una palma sagú o la re recuperación de una cirugía, si es que ese término realmente existe.
Te comparto estas tres preguntas, un poema y una frase. Sí hoy estamos de fiesta por la antesala de mi cumpleaños y entrar al mes de junio con sus alegrías extendidas.
¿Qué es algo en tu vida que, sin darte cuenta, ha cambiado poco a poco?
¿Cómo podrías darle más atención a un proceso que está ocurriendo en tu día a día?
Si supieras que algo hermoso tardará años en manifestarse, ¿seguirías cultivándolo con paciencia?
Honra tus procesos.
No hay nada de malo en ellos.
Tómalos con calma.
Puede que brote algo nuevo mañana.
Son siempre tuyos.
Te acompañarán incluso tu no queriendo.
Velos distintos ahora.
Son parte de tu historia vivida.
Siembra, confía y cuida. Porque incluso la hoja más discreta encuentra su momento para abrirse al sol.
tu amigo,
Jorge.